Laberintos, Caminos y Rincones

Venimos a este mundo abstracto y nadie nos pregunta si queremos nacer, solo nos crean, cual juego al azar, no tenemos elección acerca de quienes seran nuestros padres, si queremos nacer en una isla o en una ciudad repleta de extraños...

No elegimos ni siquiera nuestros propios nombres, ¿Quién pidió nacer? ¿Quién pidió existir? ¿Quién ha tenido el provilegio de elegir?...

Somos peones en este juego de ajedrez, cuando nacemos, nos cuidan y nos educan (claro solo algunos privilegiados tienen esa suerte) pero luego nuestros padres nos reprochan todo el esfuerzo y el tiempo invertido en nuestra crianza... Cuando escucho este tipo de comentarios, me pregunto... ¿Acaso he pedido yo nacer? No me malinterpreten, no hay nada más hermoso y honorable que el amor de nuestros padres, pero ¿acaso no se supone que el amor es desinteresado? Porque me reprochas lo que has gastado en mi si yo no te lo he pedido.

Yo no pedi nacer, no pedi aprender a duras penas las decepciones, no pedi llorar lagrimas de sangre, no pedi NADA.

Pero ya que estamos aqui solo nos queda disfrutar del agridulce sabor de las lecciones, ver las cicatrices de nuestro herido corazón, reir en medio de lagrimas, y tú, que tal vez hoy estes de acuerdo conmigo, antes de reprocharle a otra persona todo el tiempo y el amor dedicado, preguntate primero...¿Quién te lo pidió?

Si te vas a entregar, hazlo, no hay nada más noble que darlo todo por el prójimo, pero si lo vas a hacer, no reproches y mucho menos reclames no recibir el mismo trato...

Pues a la larga lo has hecho porque has querido, nadie te lo ha pedido.