Se sentó con vista al mar, ese mar que la hechiza con su magnificencia y misterio, y empezó a hacer un recorrido por ese sendero tan sombrío que los mortales llamamos alma...


Empezó a analizar su vida, sus lágrimas, sus sonrisas, los momentos que por estupida ha dejado pasar, los momentos que ha disfrutado pero acabaron demasiado rápido, las personas que la hacen reír y aquellos que la hacen llorar.


Y en ese desierto interior, en ese camino que opto recorrer sola, suspiro... una ola del mar la saco de su desierto y antes de empezar nuevamente su trayectoria, se dio cuenta que lo que mas anhela en esta vida es paz.


Esa Paz que no se explica, esa que no te da el dinero, esa en la que tu desierto se convierte en paraíso, pero esta viajera del eterno laberinto, esta tan acostumbrada al árido desierto que no sabe como salir de ahí.


¿Cómo encontrar la paz? su amiga inseparable, la llamada Soledad no le aconseja salga de área de confort, así que solo mira el mar, regresa a su desierto y sueña con su paraíso.


Eterno laberinto, eterno desierto, eterna soledad.

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