Estamos en guerra, siempre la hemos estado y pocos se han percatado, es una batalla que existe desde la prehistoria donde las armas usadas son balas de besos, flechas de caricias, bombas lacrimógenas de palabras, bazucas de abrazos y donde el enemigo muere de desamor.
Esta en nuestro ADN, la necesidad de acabar con el enemigo, ese que te amenaza con una simple mirada, que quiere conquistar tu tierra natal que es tu corazón y donde la bandera blanca de rendición son las lagrimas, están esos que mueren por desamor, están los veteranos de guerra que han librado mil batallas, están los soldados frustrados que nunca han podido ir al campo de batalla de las caricias, están los traidores que se unen al enemigo, están los patriotas que nunca dejan de batallar y están los pobres soldados caídos que ante besos y caricias han muerto en el campo de batalla de la vida.
¿Dentro de cual estarás tu? muchos han pasado por varios roles, pero la realidad es que es una guerra que nadie sabe cuando terminara.
No vale de nada batallar por la paz, al fin y al cabo todos pierden, la mayoría heridos a muerte.
Quien escribe es un fantasma, alguien que reencarno en todos los roles mencionados, pero lista para la nueva batalla.
“Lo que no te mata te hace mas fuerte”, y confieso que muchos también han muerto por mi tiro de gracia...
Para que decir que nunca volveré a la guerra si se que es una falacia, para que decir que nunca me volverán a herir, lo que si es que he obtenido tantos entrenamientos de inteligencia y táctica para esta batalla, que el próximo que ose a querer herirme se abstendrá a las consecuencias, pues tengo un arma bajo la manga para mis enemigos, el arma mas letal, esa denominada el olvido y la indiferencia, puede que le haga creer que significa lo mismo que en pasadas batallas, pero la verdad es que ya ni califica como enemigo pues ya no es amenaza para mi corazón.
Vencida pero no derrotada y completamente armada para la batalla final, donde heriré con mis besos pero al mismo me apiadare de mi enemigo conquistado y sanare sus heridas pasadas con el más puro amor.
Esta en nuestro ADN, la necesidad de acabar con el enemigo, ese que te amenaza con una simple mirada, que quiere conquistar tu tierra natal que es tu corazón y donde la bandera blanca de rendición son las lagrimas, están esos que mueren por desamor, están los veteranos de guerra que han librado mil batallas, están los soldados frustrados que nunca han podido ir al campo de batalla de las caricias, están los traidores que se unen al enemigo, están los patriotas que nunca dejan de batallar y están los pobres soldados caídos que ante besos y caricias han muerto en el campo de batalla de la vida.
¿Dentro de cual estarás tu? muchos han pasado por varios roles, pero la realidad es que es una guerra que nadie sabe cuando terminara.
No vale de nada batallar por la paz, al fin y al cabo todos pierden, la mayoría heridos a muerte.
Quien escribe es un fantasma, alguien que reencarno en todos los roles mencionados, pero lista para la nueva batalla.
“Lo que no te mata te hace mas fuerte”, y confieso que muchos también han muerto por mi tiro de gracia...
Para que decir que nunca volveré a la guerra si se que es una falacia, para que decir que nunca me volverán a herir, lo que si es que he obtenido tantos entrenamientos de inteligencia y táctica para esta batalla, que el próximo que ose a querer herirme se abstendrá a las consecuencias, pues tengo un arma bajo la manga para mis enemigos, el arma mas letal, esa denominada el olvido y la indiferencia, puede que le haga creer que significa lo mismo que en pasadas batallas, pero la verdad es que ya ni califica como enemigo pues ya no es amenaza para mi corazón.
Vencida pero no derrotada y completamente armada para la batalla final, donde heriré con mis besos pero al mismo me apiadare de mi enemigo conquistado y sanare sus heridas pasadas con el más puro amor.
2 comentarios:
De todas formas hay que batallar siempre, de lo contrario perdemos como cobardes! Me gustó!
jajajaj bueno, entonces de cobarde no tengo ni la C... ahora que problema que esa guerra nunca termina.
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