Ella estaba ahí, tirada en su sillón, con aspecto pálido, mirada triste casi desesperada y las palabras no salían, solo lágrimas que correteaban por sus mejillas y ella solo pensaba “Dios, porque me cuesta respirar.”
Miraba el techo, pues la tele no parecía ofrecerle nada interesante para distraerla de su agonía, agobiada y perseguida por todas esas estupideces que la estrangulaban, decidio escapar; empezó un viaje... De repente sus lagrimas cesaron, su piel empezó a sentir las caricias del viento y parecía ya no recordar ni siquiera donde estaba.
Sonreía, se sentía completamente libre! de repente un grito espeluznante interrumpió esa sonrisa...
No entendía de donde venia tanto dolor, pero siguió caminando no quiso mirar hacia atrás, no quería salir del estado de éxtasis en el que se encontraba... sus dolores ya no le pesaban, sus preocupaciones desistieron...
Pero ahora los gritos son aun mas fuertes.
—¿Es que no piensan dejarme disfrutar este momento? Siempre me tienen que interrumpir.
Quiso seguir avanzando pero la curiosidad no la dejaba, así que cometió el error de mirar hacia atrás.
De repente ve a su madre tirada en el suelo, con las manos llenas de sangre, se asusta y va a socorrerla mientras piensa “¿Con que rayos se habrá lastimado ahora?”
—Mami, ven párate vamos al medico...
(Su madre la ignora y sigue tirada en el suelo)
—MAMI! ponte de pie que hay demasiada sangre!!! No seas terca que esto no se cura con azúcar y jabón desinfectante, esto parece un mar de sangre!
(Su madre solo sigue llorando pero esta vez pasando sus sangrientas manos sobre sus pijamas blancas)
—Mami! voy a llamar a papi, no estas en tu sano juicio! Por DIOS PARATE!
Cuando sale en busca de su padre nota que hay algo que no cuadra... Su padre sabe lo que esta pasando porque solo llora desconsolado por el teléfono...
"Bueno estará llamando al medico o algo" piensa ella mientras retorna a la habitación donde esta su madre con un paño para sellar la herida, que aun no sabe donde es, pero sabe que sea donde sea hay que hacerle presión.
De repente queda muda... mientras ve el rostro mas triste y desesperado que en su vida haya visto, se vio a si misma tirada en su sillón, sus ojos abiertos y vacios mirando al techo y a su lado una navaja ensangrentada mientras su madre llora sobre su cuerpo ahora inerte.
Por eso ya no tenía mas preocupaciones, tomo la salida fácil, la desesperación la ahogo, el no poder hablar para no molestar a nadie acabo con sus fuerzas y ahora estaba atrapada en la culpa.
Termino con su vida física, pero su espíritu seguía atado a la tristeza que la madre reflejaba en su mirada, ya no podía consolarla pero ahora no podía abandonarla... Al fin de cuentas siguió estancada y ahora de la peor forma, no tenia que sobrevivir porque ya había muerto, pero al mismo tiempo no podía morir; para mal de males seguía viva en los lamentos de aquellos a quienes ni se molesto en decirles adiós.
Su cuerpo ya hedía, asistió a su propio funeral, ahora es un espíritu que deambula y se sienta en el mismo sillón mirando al techo pero ahora con la culpa de no poder pedir perdón.
1 comentarios:
Brutal error. Hay mucha gente que sufre silenciosamente y no entiended que hay gente que la quiere más de lo que se imaginan. Muy bueno.
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