Cuando estas a solas, realmente a solas te das cuenta de lo desordenada que esta tu mente, muchas veces por las complicaciones del corazón.

Te das cuenta que quizás lo que tanto has querido ya no es lo que realmente deseas pero la rutina de desearlo hace que te engañes a ti misma y sigas creyendo que es lo que realmente necesitas.

Luego la vida te un vistazo de eso que esta frente a tus narices, de eso que tienes y que has evitado desde siempre...

Reconoces que siempre has sabido que es lo que deseas, pero vuelves a bloquearlo todo y tratas de recoger un poco el desorden que hay en tu mente, fruto de esos sueños estúpidos que rehúsan el ser silenciados por la realidad.

El silencio de repente se vuelve molestosamente ruidoso en tu cerebro y deseas callarlo con lo que sea... empiezas a pensar en los quehaceres, en tus deudas pendientes o te pones a ver televisión, te da miedo el tomar lápiz y papel porque sabes solo saldrá la realidad que tanto callas, lees un libro y te identificas con los personajes pues asombrosamente se parecen a tu realidad surrealista.

Entonces llega la noche, fumas el ultimo cigarrillo del día y pides a Dios que saque esos absurdos pensamientos de la cabeza, pues van en contra del plan maestro que tenias en un pasado, que se ha convertido en realidad después de muchos esfuerzos, pero es inútil, pues tus ideas calladas a la fuerza mientras estas despierta toman vida en el mundo de los sueños, despiertas y te entristece saber que era solo eso un sueño...

Sabes lo que tienes que hacer, pero te aterra el cambio, te llena de pavor el reconocer que todo es diferente, que tu misma has cambiado, que tus deseos ahora son otros... así que decides ignorar el desorden mental, con un control remoto pones tu corazón en mute, y esas ideas distorsionadas que no van las escondes debajo de la cama de tu ser, sigues con tu vida, supuestamente "normal" pero en el fondo muy en el fondo sabes el desorden mental que tienes y que inconscientemente no quieres arreglar.

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