¿Qué de ti mi querida amiga? ¿Dónde te has metido? ¿Sabías que te extraño?...

Ha pasado ya un tiempo desde que te fuiste, mas tu ausencia no la empecé a sentir solo hasta hace unos días, pues aunque sea un correo fugaz contestabas. Sé que seguro estas ocupada en esa nueva aventura en la que te has embarcado, y la realidad es que soy fiel creyente de que entre nosotras no existe ni la distancia ni el tiempo, todo es subjetivo.

¿Qué cosas nuevas habrás visto? me da curiosidad saber de ti, no por chisme ni mucho menos, solo porque si, pues la costumbre de compartir las tonterías que nos ocurrían me hace falta, esos PROBLEMAS que en realidad eran obstáculos absurdos, y siempre que una se ahogaba en un vaso de agua, la otra cual salvavidas estaba allí para sacarla, me hace falta nuestros largos silencios que decían mucho mas que mil palabras, saber que al mirarnos sabíamos exactamente lo que ocurría y sabíamos cuando callar o hablar, cuando necesitábamos un regaño o simplemente un “te quiero no importa que”

Si algún día piensas en mi, aquí estoy, en el mismo lugar de siempre, cuando digo en el mismo lugar de siempre no me refiero al país o a la casa, me refiero a ese lugar remoto al cual llegábamos mirando las estrellas desde el techo de tu casa, donde tantas veces jugamos el filosofar.

Cierra los ojos, o busca nuestra estrella y allí estaré, de mi solo tengo para decirte que te extraño mi querido ángel, y muero por saber... ¿qué de ti?

1 comentarios:

Ella probablemente se preguntara lo mismo.

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