Ese héroe que he admirado desde pequeña, el con su increíble fuerza capaz de mover montañas, lo veo y no ha cambiado en nada, bueno, puede que físicamente haya cambiado, esta un poco mas gordito, su cabellera un tanto mas clara pero sus súper poderes siguen intactos.

Lo miro y quedo fascinada ante su increíble fuerza, sus poderes son MUCHOS, derrite mi corazón con sus ojos azules como el cielo, tiene la capacidad de sanar con sus manos cualquier dolencia, esas que no tienen cura médica porque son las dolencias del alma.

Recuerdo que lo conocí cuando era niña y me enamore de el completamente, me sentaba en sus piernas y calmaba mi temor a la oscuridad con el único cuento que se sabia "la caperucita roja", ya no me siento mas en sus piernas, pero sigo consciente de su grandeza.

Él, mi héroe, mi fuerza, mi amor, muchos lo ven y tiemblan pues claro que deben hacerlo... el siempre me preteje de todo mal y de toda persona que quiera agredirme, su presencia es imponente, su inteligencia supera la de esos mortales comunes y corrientes, mas yo nunca le he temido pues conozco la belleza de su corazón.

A ese héroe muchos le llaman "Comandante" yo me enorgullezco de llamarle Papá.

1 comentarios:

Esta prosa solo aplica para hijas de militares :P. Ahora en serio, muy conmovedor.

Saludos

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